Te la encargo:
Es tazarse con una ceguera,
con plúmbeos muerteveos y
colibríes embalsamados,
no habiendo una ofrenda, una
confianza a boca o nada
para dejarse llevar a
tientas de la mano.
De tanto husmear
mecánicamente,
sin sopesarlo,
ese ambiente parido de
mismísimo final.
Y equivale a un niño de un
lado
y a una bestia del otro.
O a un tropo ciego en su
madriguera
+ arañas + raíces + 3 o 4
lombrices
y el sesgado paso de un
labriego
encima,
entre las piernas,
manteniendo a raya a todos
sus miembros.
Pero de contarse con uno
listo y frizado
lo antes citado puede-y
debe-ser sustituido
por el peso específico de un
lobo estepario.
S.D.
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