Se ruega ver y no tocar. A pesar de las enseñanzas del drama, hay que aceptarlo como vino… a duras penas moldeable por un par de horas. Luego se debe volver, igual que de Pilates. ¿Qué será de Poncio? Ya que estamos con la culpa. El acto: un juguete roto. La advertencia: Lo que el padre rompe el niño lo paga. (SD).
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