domingo, 12 de octubre de 2014

TEMPORADA DE ENSAYOS.


ALGUNOS TEXTOS QUE SERÁN PUBLICADOS A FINALES DE AÑO

N. de la R.

No es el fósil de un papel en llamas;
los aquí mecanografiados son espacios en blanco,
pájaros muertos de aire liquidados
como en un tiro al pato;
unos sobre otros
entre el impulso de la pasión
y el seco latigazo del tipo entintando.

Es la trinchera vista cenital
¿el frente de un árbol? Así, de fojas cero
digitado por una sombra pesada
que huye extensa por esta nieve,
pues aunque hoplita por fuera
por dentro siempre se es cita[1],
una nota al pie en retirada.

Por aquella querella ausente,
pregunta a pregunta el muro insatisfecho,
el bardo frente a su placa de tórax
- antes que nada, un esteta del vuelo –
que obró su loco seno barricada
lapidando helvéticamente
coches fúnebres con palomas.





[1]

Sebastián Defranchesco (Editorial Raíz Alternativa, 2014).


Manicura

Se mira las manos,
las gira
boca arriba las palmas
a través del aire y hacia los ojos
calla o pide la voz
dibujando en el trayecto una boca
o un epitafio sobre el agua.

Se vino la mano,
el aljibe, el rosedal,
y ante ella lo viril
actuó sabiéndose a sus pies.

Dejarse ganar, pensó,
y ambos rieron.

Y de aquel eco a los puños
flacos
con rabia vencida
ya vieja, ya sola
amasando un miedo casto
o un pañuelo
o las cuentas de un rosario.

¿Qué hacer con todo eso?

Dejarse ganar, pensó,
y casi sonríe.

Sebastián Defranchesco (Editorial Raíz Alternativa, 2014).


Arquitectura II

El miedo es un gran arquitecto
a él le debemos este no en balde, amor, mi vida,
entre otras cosas
que aunque pretenciosas y ridículas
como el mundo de un ciego
tienen la ingenua belleza
de un rayo rupestre.

Déjalo obrar al buen ingeniero
repartiendo la carga,
cosita,
¿la sientes?

Tú que yendo te me estás
para chute
para páramo
para un grito manuscrito.

Sino pensá lo que sería
que el corazón se te vuelva añicos
en un sentido no figurado.

Sebastián Defranchesco (Editorial Raíz Alternativa, 2014).

Brindis 

Hacerse la idea de lo que resta
entre lo que es y lo que pudo haber sido
y que duela
pero que duela como un parto.

Así valdrá la pena la misma
que no volvamos a vernos
que nos hayamos matado
todo este tiempo.

Por sobre eso que viene contigo
un puente y dos manos.

Y pudo haber sido cualquiera
esa tarde, inútil aquí decirlo
donde aún no se hace la luz
ni en vano se quiere haber soñado.

 Sebastián Defranchesco (Editorial Raíz Alternativa, 2014).